Un nuevo lugar: Casa Puebla 

*La antigua residencia de los gobernantes poblanos, fue abierta al público en general, quienes pueden pasear por los jardines, las canchas y escuchar música clásica

Guadalupe Juárez

Puebla, Pue.- La música clásica atraviesa las paredes de la majestuosa mansión y resuena entre el arbolado del cerro, mientras algunas personas asan carne y comen bajo unas chozas en este nuevo lugar: Casa Puebla.

Es nuevo porque ahora las personas sin ser parte del equipo del gobernador en turno puede entrar y jugar en las canchas deportivas, escuchar música en el auditorio al aire libre o recorrer el jardín, antaño sólo reservado para el gobernante, su familia y sus invitados.

Las personas escuchan piezas clásicas de músicos que tocan el sax o el clarinete, algunos a lo lejos del escenario, otros en las gradas pero con una sombrilla para aguantar el sol que cae directo sobre sus cabezas.

Hay risas, conversaciones largas, el llanto de un bebé que está cansado. Una abuela y sus nietas con ropa de scaouts que siguen el camino entusiasmadas. Un grupo de amigos que prende un asador y coloca una a uno los bisteces, mientras otros platican entre ellos y ríen.

Hay quienes se internan en la zona boscosa para subir y bajar las rampas que te hacen recorrer toda la zona, entre las especies que llevan cientos de años en el cerro. Se toman fotos, recuperan el aliento en los lugares más empinados y siguen su camino.

A lo lejos el replicar de las campanas de la Catedral, los edificios modernos que sobresalen de la capa fina gris del cielo y las cúpulas de las iglesias.  Hay un gimnasio que por ahora está vacío y sin usar, un ring intacto que todavía nadie sube para intercambiar algunos golpes.

Entrar a la casa es recorrer las habitaciones amplias en donde los grandes ventanales hacen que cruce la luz e ilumine todo. Hay gente que aprende a manejar el barro, a bordar, a bailar.

El jardín está solo, pero se escuchan aves cantar y cómo el aire mueve las ramas de cada árbol. Las personas leen una gran placa que anuncia que ese lugar en el que antes sólo entraba un gobernante, ya es una zona de esparcimiento.

Casa Puebla fue construida desde los años 40, pero ocupada por gobernantes hasta 1975, con Alfredo Toxqui. De ahí, cada persona que gobernaba la ocupó como propia, cada uno colocaba un nuevo mueble, una nueva decoración, una nueva artesanía o lujo que la iba haciendo más y más lujosa.

Ahora sólo quedan espacios para talleres, una cafetería, una niña que espera a su familia, mientras lee un libro sentada en una banca. Una adulta mayor que se toma fotos con el celular de su nieta, la nieta que ve cómo hay niños que corren por el jardín. Y la música clásica sigue invadiendo cada rincón de este nuevo lugar.

 

 

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